
No hay duda de que la era del email marketing está a punto de terminar. Los clientes buscan formas de comunicación más atractivas. Según Cisco, para 2019, el 80% del tráfico en Internet se destinaría a videos [fuente]. Así que aquí está la próxima gran tendencia en comunicación empresarial: usar videos con fines comerciales puede aumentar la conversión en un 80%.
El 82% de los marketers notó un impacto positivo del video marketing en su negocio.
Las expectativas hacia los videos son variadas, dependiendo de la audiencia o del lugar donde se consumen. Forbes encuestó a 300 ejecutivos de nivel C y altos directivos para conocer su actitud frente al uso de videos en los negocios. Admiten que, cuando buscan videos relacionados con el trabajo, lo que más consumen es: noticias de negocios (74%), luego consejos de KOLs (64%), discursos y presentaciones (57%), case studies (56%) y reseñas de productos (54%). La mayoría coincide en que, si un texto y un video cubren el mismo tema, ven primero el video. El 65% declara haber visitado la web de un proveedor después de ver un video [fuente].

Las investigaciones demuestran que la comunicación en video es una excelente solución para el B2B, especialmente para los decision-makers como los ejecutivos. Pero crear cada vez más contenido en video no es suficiente.
Más que usar el video exclusivamente como un mecanismo de storytelling, debemos verlo como una herramienta de storymaking, en la cual los consumidores participan activamente.
Los videos, al igual que cualquier otro tipo de contenido, deben estar alineados con las necesidades del cliente, para que sea este quien decida verlos – y cuanto más personalizado sea el video, mejor. Los clientes señalan que la duración más adecuada para videos de negocios es de 3 a 5 minutos (47% de los ejecutivos encuestados). El 36% prefiere videos más cortos, de 1 a 3 minutos. Puede parecer poco, pero según el analista de Forrester, James L. McQuivey, un minuto de video equivale a 1,8 millones de palabras.
Video vs video
Ampliemos la perspectiva. El video ya no consiste únicamente en publicar en YouTube o hacer publicidad en la web de la compañía. Las herramientas digitales actuales permiten una comunicación en video rápida y efectiva con los clientes, aunque muchos se pregunten si es necesario o cómo funciona.
Por ejemplo, para satisfacer la creciente demanda de los clientes del sector pharma y construir una relación sólida, un representante o un KOL puede enviar un video corto. La principal ventaja de este tipo de videos es que resultan naturales y que los clientes pueden ver el lenguaje corporal del remitente, haciendo que la comunicación sea más personal – y este es el factor crucial en la era del relationship marketing.
Despídete del email
Veamos algunas estadísticas: la tasa media de apertura de un email en la industria farmacéutica es del 19% [fuente]. Añadir un video al email puede aumentar la tasa de clics hasta en un 200%, y los clientes que vieron el video tienen 1,7 veces más probabilidades de comprar el producto que quienes no lo vieron. Sin embargo, el canal email está saturado y el engagement es bajo.
Las compañías deberían enfocarse en soluciones que aumenten la tasa de apertura y el engagement.

Los emails que incluyen video generan un aumento del 200% en la tasa de clics.
Un gran ejemplo de herramienta que permite la comunicación en video 1-1 entre el representante y el cliente es Highp, desarrollado por Connectmedica. Highp es un sistema de video messaging empresarial que combina videos con otros componentes, como imágenes, hipervínculos, presentaciones, Call To Action, etc., enviados a través de SMS y correos electrónicos. Utilizar el canal SMS es una gran ventaja: no solo está menos saturado que el email, sino que además es más personal.
Es evidente que los videos son cada vez más populares, tanto para usuarios privados como empresariales. Depende de las compañías cómo aprovechen este conocimiento. Pero hay algo seguro: crear contenido en video no es suficiente. La verdadera pregunta es cómo entregarlo a los clientes para lograr un engagement adecuado.