Cuando escuchas “email marketing” piensas en Outlook, e-newsletters, asuntos breves e ingeniosos, un 10% de tasa de apertura y muchos correos rebotados. A pesar de lo que se ha dicho últimamente, los días del email marketing no se están desvaneciendo de forma constante. Al contrario: el gasto en email marketing crece un 10% año tras año; el 44% de los destinatarios realizó al menos una compra basada en un correo promocional el año pasado. Los experimentos muestran que tu mensaje de marketing tiene 5 veces más probabilidades de ser visto a través de un correo que en Facebook. Sin duda, es un campo en el que luchar si quieres mantenerte entre los mejores en esta carrera de marketing.
Pero no te apresures. No puedes enviar cualquier anuncio o boletín, tiene que ser sobresaliente, ya que NADA irrita más a las personas que los correos inútiles. Basta con mirar entradas de blogs y debates en la web sobre contenido no deseado. Te aseguro que “correo basura” es la descripción más suave que encontré. Ni hablar de las opiniones sobre quienes envían esos anuncios. Me sorprendió la cantidad de odio que provocan los spammers.

Las campañas de correo electrónico que incluyen VIDEO generan un 40% más de ingresos que aquellas con solo texto e imágenes. Desafortunadamente, incorporar video en los correos enfrenta varios obstáculos técnicos y por eso no es una práctica común entre los marketers. ¿Por qué? Preguntamos a Greg Kolasa, Líder del Equipo de Investigación y Desarrollo de Highp, para que nos lo explicara en términos sencillos:
Existe la opinión en el mundo de las ventas de que las campañas de video emailing son muy difíciles de realizar. ¿Por qué?
El problema principal es el tamaño del archivo de video. Si un correo de texto normal pesa 0,001 MB, un video de alta calidad de 15 segundos ocupa… ¡10 MB! Se puede comprimir el archivo a 2-3 MB, pero la calidad será muy baja. Imagina que intentas enviar un video de 10 MB a 10 000 clientes. Lo que obtienes es una enorme cantidad de datos que probablemente se pierdan en el camino.
¿Ese correo se enviará directamente a la carpeta de SPAM?
Es muy probable. Generalmente, los servidores intentan protegernos de la publicidad no deseada que podría contener mensajes dañinos. Si te suscribes a un boletín u optas por recibir información de una marca, tu cliente de correo realmente no sabrá qué hacer con ello. Por lo general, los buzones capturan contenido enviado de forma idéntica a muchos usuarios. Esta es la razón por la que las empresas empezaron a dirigir estos correos con “Estimado/a + nombre”, para que el servidor lo perciba como personal. Aun así, el contenido es tan similar que a menudo se clasifica como SPAM o incluso se rechaza en la nube.
Este fue exactamente el problema que intentamos minimizar al crear Highp. Los mensajes enviados con la tecnología Highp están personalizados desde el inicio: normalmente se envían en nombre del representante de ventas, de modo que el destinatario ya reconoce al remitente. A nivel de correo y SMS, ese remitente es una persona real, con nombre y apellido, no una empresa. Así tenemos una cuenta personal enviando un mensaje a un grupo específico —digamos, 1500 clientes—. Las probabilidades de que el sistema clasifique ese contenido como SPAM son muy bajas.